esta asturiana sin esperar ser molestia se queda en tu mágico espacio cuajado de sensibilidad y belleza, muchisimas gracias por compartir tu sublime alma de poeta con todos nosotros, un besin.
Bueno, Begoña, yo creo que son los gatos los que se alejan de ti... Ellos saben lo que les hacías y claro... Bueno, a mi me encantan los gatos y los perros, pero especialmente los gatos. Y también les hacía travesuras de niña. Acercate a ellos y pídeles perdón, verás que da resultado. Besiños.
....y yo de ellos Julie...lo de pedirles perdon no se me ha ocurrido....pero, desde luego lo hago sin acercarme a ellos... el caso es que me encantan y parecen unos animales muy indepedientes y llenos de misterio....pero ya esta encallado , incluso puede ser una fobia pero puedo esquivarles....Los perros me encantan pero nunca los meteria en un piso...Un abrazo Begoña
Como somos de niños no tenemos miedo de nada ¡Bendita Edad! Ahora todo nos alerta. Preciosa anecdota Begoña. A mi me pasa lo que a ti los gatos no son de mis preferidos me gustan verlos de lejos. Un furte abrazo querida amiga.
Que bella entrada Begoña,los recuerdos que tenemos de la infancia, son tesoros que no podemos perder en la memoria...A mi me encantan los animales,tengo un perrito en casa,que cada día quiero más....Gracias por compartir Begoña...Besos
Ja, ja, ja, pobre gato, ne me extraña que setuvierais horrorizados, los dos. A mi tampoco me gustan nada, no es que les tema, pero me dan un poco de repelús, además, no me gusta lo independientes y pasotas que son... aunque los cuides y los alimentes, ellos van y vienen y pasan de todo, no te dan cariño ni protección, que es lo que a mi me gusta dar y recibir de los perros ! Enfin, que la historia está muy bien y como recuerdo, entrañable. Besitos, Begoña, ahora te envío un mail respondiendo a lo que me pides. Hasta luego :O)
Jajaja la verdad que no somos conscientes de que nuestros miedos muchas veces vienen de anecdotas de la infancia. Yo tengo una gatita y según mi veterinaria dice que no son rencorosos supongo que a los pocos minutos al gatito se le olvido. Te he dejado en mi blog un reto que me han pasado a mi es más bien un juego de contestar unas preguntas. Besotes
Creo que ambos, los gatos y tú, huís en el presentimiento del otro... Una bella historia de la niñez, que como siempre nos llena de toda la ternura que anida en tu corazón. Mil besos con todo mi cariño.
Os agradezco mucho vuestros comentarios tan cariñosos, la verdad que he disfrutado mucho haciéndolo es un recuerdo que ahora me hace sonreir...y comprendo que todos os habeis preocupado del pobre gato...pero os aseguro que asustados estabamos los dos...cuando vi la imagen de punto de cruz...me animo para que ilustrase aquel recuerdo. Un saludo cariñoso Begoña
a mi ni benditos y resulta que en el barrio tenemos una hermanita de los gatos que les da de comer en la calle y cada vez tenemos mas, en ocasiones es espeluznante andar de noche por la calle. un abrazo
esta asturiana sin esperar ser molestia se queda en tu mágico espacio cuajado de sensibilidad y belleza, muchisimas gracias por compartir tu sublime alma de poeta con todos nosotros, un besin.
ResponderEliminarqué historia más divertida, aunque no tanto para el pobre gato! Genial los abuelos, cuánto nos consentían!!! un besazo y feliz fin de semana
ResponderEliminarJa , jaaaaa que buena anécdota...
ResponderEliminarHay que ver como es el subconsciente ehhhhhhhhhh
Feliz fin de semana guapetona
Bueno, Begoña, yo creo que son los gatos los que se alejan de ti... Ellos saben lo que les hacías y claro... Bueno, a mi me encantan los gatos y los perros, pero especialmente los gatos. Y también les hacía travesuras de niña. Acercate a ellos y pídeles perdón, verás que da resultado. Besiños.
ResponderEliminar....y yo de ellos Julie...lo de pedirles perdon no se me ha ocurrido....pero, desde luego lo hago sin acercarme a ellos... el caso es que me encantan y parecen unos animales muy indepedientes y llenos de misterio....pero ya esta encallado , incluso puede ser una fobia pero puedo esquivarles....Los perros me encantan
ResponderEliminarpero nunca los meteria en un piso...Un abrazo
Begoña
Como somos de niños no tenemos miedo de nada ¡Bendita Edad! Ahora todo nos alerta. Preciosa anecdota Begoña. A mi me pasa lo que a ti los gatos no son de mis preferidos me gustan verlos de lejos. Un furte abrazo querida amiga.
ResponderEliminarQue bella entrada Begoña,los recuerdos que tenemos de la infancia, son tesoros que no podemos perder en la memoria...A mi me encantan los animales,tengo un perrito en casa,que cada día quiero más....Gracias por compartir Begoña...Besos
ResponderEliminarEntretenida la lectura. Gracias por entretenerme mas de la cuenta antes de irme a dormir. Saludos
ResponderEliminarJa, ja, ja, pobre gato, ne me extraña que setuvierais horrorizados, los dos. A mi tampoco me gustan nada, no es que les tema, pero me dan un poco de repelús, además, no me gusta lo independientes y pasotas que son... aunque los cuides y los alimentes, ellos van y vienen y pasan de todo, no te dan cariño ni protección, que es lo que a mi me gusta dar y recibir de los perros ! Enfin, que la historia está muy bien y como recuerdo, entrañable.
ResponderEliminarBesitos, Begoña, ahora te envío un mail respondiendo a lo que me pides.
Hasta luego :O)
Hola Abedul!
ResponderEliminarTienes un premio muy espcial en mi blog http://premiosestrellas.blogspot.com si gustas pasar a buscarlo.
Luz y Amor, Estrella Viajera
Jajaja la verdad que no somos conscientes de que nuestros miedos muchas veces vienen de anecdotas de la infancia. Yo tengo una gatita y según mi veterinaria dice que no son rencorosos supongo que a los pocos minutos al gatito se le olvido.
ResponderEliminarTe he dejado en mi blog un reto que me han pasado a mi es más bien un juego de contestar unas preguntas. Besotes
Creo que ambos, los gatos y tú, huís en el presentimiento del otro...
ResponderEliminarUna bella historia de la niñez, que como siempre nos llena de toda la ternura que anida en tu corazón.
Mil besos con todo mi cariño.
he disfutado enormemente leyendo este relato...¡pobre gato! jaja
ResponderEliminarUn beso grande y mi felicitación
Stella
Os agradezco mucho vuestros comentarios tan cariñosos, la verdad que he disfrutado mucho haciéndolo es un recuerdo que ahora me hace sonreir...y comprendo que todos os habeis preocupado del pobre gato...pero os aseguro que asustados estabamos los dos...cuando vi la imagen de punto de cruz...me animo para que ilustrase aquel recuerdo. Un saludo cariñoso
ResponderEliminarBegoña
a mi ni benditos y resulta que en el barrio tenemos una hermanita de los gatos que les da de comer en la calle y cada vez tenemos mas, en ocasiones es espeluznante andar de noche por la calle.
ResponderEliminarun abrazo